domingo, 1 de marzo de 2015

La serotonina

La serotonina es un neurotransmisor que interviene en diversos procesos como la regulación del sueño, deseo sexual, apetito, humor e inhibe el enfado, además aumenta la autoestima y el bienestar. Fue aislada por primera vez en 1948 por Maurice M. Rapport, Arda Green e Irvine Page.
Los receptores de la serotonina, 5-HT, están localizados en las membranas de las células nerviosas. Su acción se produce por la captación de la serotonina en la sinapsis. La serotonina se libera de varicosidades a lo largo del axón y de los botones sinápticos terminales, alcanzando así los receptores serotoninérgicos localizados en las dentritas, pericariones y terminaciones presinápticas de neuronas adyacentes. Este proceso se puede inhibir por agentes como el éxtasis, cocaína, anfetaminas, antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.


La cantidad de serotonina es diferente en hombres y mujeres, siendo un 50% mayor su producción en hombres, aumentando así su sensibilidad a los cambios en los niveles sanguíneos. Estos niveles tampoco son constantes a lo largo del día, aumentando al atardecer manteniéndose en este estado hasta el amanecer.
Para la sintetización de serotonina por el organismo es necesario el triptófano y la vitamina B6. Dado que el organismo no produce por si solo triptófano, aminoácido esencial, este se debe de administrar en la dieta aumentando el consumo de pescado, pollo, leche, soja o nueces, o mediante complejo alimenticio.
Su déficit se relaciona directamente con la depresión y esta es la razón de que muchos fármacos antidepresivos se ocupen de regular los niveles de serotonina, como sucede con el más que conocido Prozac.
Entre las causas principales de su déficit, además de la deficiencia de triptófano, podemos citar:

  • Inhibición de la serotonina por consumo de alcohol, cafeína o edulcorantes artificiales como el aspartame.
  • Extrés crónico, ya que el consumo de la misma aumenta para que el cerebro pueda mantenernos tranquilos y centrados en estas situaciones.
  • La falta de luz solar, ya que la serotonina se estimula con la luz solar, pudiendo desencadenar un trastorno afectivo estacional.

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