El
papel principal de los riñones es el control del equilibrio interno
de agua y electrolitos en el cuerpo y la regulación del equilibrio
ácido-base de la sangre. Además,
el riñón es un importante secretor de hormonas entre las que
encontramos:
- Renina, activa el sistema de renina-angiotensina-aldosterona.
- Calcitrol, metabolito de la vitamina D3.
- Eritropoyetina, estimuladora de la producción de eritrocitos por la médula osea.
Hablar
de eritropoyetina o EPO,en deportes como el ciclismo, es igual a
hablar de dopaje y se relaciona con casos tan conocidos como "la
operación puerto" donde se destapo una trama de dopaje
internacional implicando a decenas de deportistas. La EPO se produce
en los riñones para que estos puedan al mismo tiempo regular el
número de hematíes circulantes y el volumen del líquido
extracelular y del plasma sanguíneo.
La
producción natural de EPO por el organismo varía pudiendo
aumentarse su producción ante una anemia, o por el contrario
disminuir ante transfusiones o policitemia (trastorno de la médula
ósea caracterizado por una producción excesiva de eritrocitos).
La
EPO humana recombinada producida artificialmente usando la
recombinación del ADN, se obtuvo a mediados de los ochenta,
consiguiendo esta hormona artificial, los mismos efectos que la
natural en el organismo.
Los
efectos que persiguen los deportistas "demasiado ambiciosos"
son la mejora significativa de entre un 5 a un 10% del consumo máximo
de oxígeno, disminución del tiempo de agotamiento durante el
ejercicio de intensidad máxima y mejor adaptación cardiovascular
durante el ejercicio de intensidad media, es decir, disminución de
la frecuencia cardíaca. Estos resultados se pueden observar con la
administración de pequeñas dosis de EPO humana recombinada a las
pocas semanas, por lo que la administración de esta hormona
sintética favorece el rendimiento deportivo sobre todo en aquellas
modalidades de larga duración.
Como
todo avance médico, el tratamiento con EPO fue concebido para el
tratamiento de pacientes con anemias graves como, tales como,
enfermos con insuficiencia renal, SIDA o cáncer. Los deportistas que
deciden usar este tratamiento deben saber que tiene una serie de
efectos secundarios al ser administrado sobre un paciente sano, como
pueden ser:
- favorecer el desarrollo de hipertensión arterial, siendo esta uno de los principales riesgos de desarrollo de una enfermedad cardiovascular.
- Aumento de trombosis y accidentes cerebrovasculares si el hematocrito en reposo supera el 55%. Estos valores elevados en las personas que usan EPO se mantienen durante más tiempo que si se realizara una transfusión.
- anemia aplásica por la producción por parte del organismo de anticuerpos antiEPO, tras la administración de EPO por vía subcutanea. Los pacientes que desarrollan esta enfermedad se caracterizan por una anemia severa resistente al tratamiento por EPO y con necesidad de transfusiones reiteradas y continuas.
- Excesiva acumulación de hierro en los órganos, ya que el tratamiento con EPO debe acompañarse de hierro para que se puedan producir los nuevos eritrocitos.
A largo plazo, no
existen estudios de la evolución de los pacientes tratados con EPO
ya que su aparición es relativamente cercana en el tiempo. Pero con
los esbozos que hemos mencionado anteriormente ningún "deportista"
que se precie como tal, debería utilizar este tratamiento, sino es
por su salud, que sea por deportividad.
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