Hace poco más de un año
la ciudad de Madrid se encontraba temerosa por sus ciudadanos más
indefensos, los niños. Después de producirse el secuestro de cinco
niñas de entre 5 a 11 años con el resultado de cuatro agresiones
sexuales, las padres y familiares de menores aplicaban un estricto
control del menor incluso sin dejarle salir a disfrutar de esa etapa
que tan pronto desaparece como es la inocencia de la niñez.
Finalmente el
"personaje" en cuestión ha sido detenido y puesto a
disposición judicial. Lo más relevante del tema es que el presunto
pedófilo, además de unos considerables antecedentes penales,
contaba también con antecedentes por pedofilia.
Diversos estudios
estadísticos reconocen que los culpables de pederastia reinciden en
su conducta tras haber consumado su condena en un 20 a un 40%. Este
número de reincidentes es muy elevado ante este tipo de delitos que
generan una gran alerta social.
Los tratamientos que se
aplican a los pederastas incluyen psicoterapia de choque e inhibición
de la testosterona, "castración química". La
testosterona es una hormona producida por los testículos, es la
hormona androgénica masculina más importante en el cuerpo. Entre
las múltiples y variadas funciones de esta hormona se encuentran:
mantener músculos y huesos fuertes, producción de espermatozoides,
mantener la libido y producción de glóbulos blancos. Las tres
clases principales de fármacos que suprimen la testosterona que se
utilizan actualmente son los progestágenos, los antiandrógenos y
los análogos de la hormona que libera gonadotrofina (GnRH). Los
fármacos que afectan a la libido de otras formas incluyen
antipsicóticos y antidepresivos serotoninérgicos (ISRS).
Respecto a la
obligatoriedad de estos tratamientos tras una condena de pederastia
la legislación internacional es muy diversa, encontrándonos casos
como California donde es obligatorio desde 1996 o Alemania donde
también lo es, a países como el nuestro donde no es obligatorio.
Los diferentes estudios
de seguimiento de estos casos no arrojan una expectativa muy
alentadora ya que aunque se suprime el deseo sexual muchas veces el
acto violento sexual es reemplazo por otro violento manualmente con
resultados peores en cuanto a la no conservación de la vida de la
víctima.
Con todo lo espuesto el
debate está sobre la mesa y la polémica servida de primer plato.
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